el regocijo de mi amor;
si puedes verte al espejo
con los ojos vendados.
Quisiera poder volar
y reirte en la penumbra
de una noche jactanciosa
y triste soledad de la estrella
enana celeste del aposento.
Por qué motivo es tu llanto
y por qué tienes una cara
de tenue dulzura;
por qué ries en cortos momentos
y por qué gritas
en sotavento.
Qué es y...
quién te lastima;
quién no conoce
ese pajarito que trinéa
en la copa del jazmin;
quién te regocija
y quiénes te patean
el corazón...
Quién es él,
quién soy yo
y, quién eres...
dulce niña del viento.
No llores, no rías;
no cantes ni respires...
solo deseate viviendo
la eternidad de la lluvia
en el río seco...
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